jueves, 28 de enero de 2010

NO PASA NADA


Aunque no quiero que este blog tenga un significativo número de entradas dedicadas a opiniones sobre temas generales, el contenido de EL PAIS de hoy me ha sorprendido tanto que no me resisto a escribir esta entrada.Ninguna noticia de Economía en la portada. Ningún editorial ni artículo de opinión sobre Economía. En el mismo día, la cotización del BBVA se hunde por los malísimos resultados de las filiales estadounidenses (mas que por su exposición al sector inmobiliario en España). Roubini dice que España es un factor de riesgo para la unión monetaria. Nos acercamos peligrosamente a Grecia (pero somos 45 millones). El Gobierno sigue despistado lanzando propuestas incoherentes, muchas de ellas insensatas y pésimamente articuladas. Y EL PAIS sigue dedicando sus páginas a que escriban literatos sobre cualquier tema, incluida la literatura.
Ignacio Sánchez-Cuenca titula su artículo "La política frente a la crisis" y viene a decir que Zapatero no ha sido suficientemente de izquierdas, aunque el electorado español lo es. Destaca la audacia de sus propuestas durante la primera legislatura. Y, sorprendentemente, no incluye entre esas iniciativas audaces la reforma de los Estatutos de Autonomía y el carajal que se ha montado respecto a las competencias de las Comunidades Autónomas, su contribución al galopante déficit público y al retraso en la salida de la crisis por el afán intervencionista y mandón de las cúpulas regionales de los partidos políticos, que mandan en sus regiones y que mandan, también, en las cúpulas nacionales de esos mismos partidos. Y, en la segunda legislatura, Sánchez-Cuenca no considera el principal problema de Zapatero su pésima gestión de la crisis económica. Pretende que la crisis económica - ¡en España! – tiene su origen en que "los bancos y entidades financieras fueron demasiado lejos, endeudándose más allá de lo razonable y obteniendo unos beneficios descomunales… quizá no hubiera más remedio que acudir al rescate… pero mucha gente se pregunta si, a cambio, no habría que haber establecido algunas contrapartidas". Eso habrá ocurrido en EE.UU. Pero en España, solo se ha rescatado una entidad controlada por los políticos – una caja – que ha quebrado porque los directivos de la caja dieron miles de millones de euros en créditos a amiguetes sin que sus órganos internos de control y supervisión – llenos de políticos y sindicalistas – hicieran nada para evitarlo. Luego aborda Sánchez-Cuenca la cuestión del Plan de Economía Sostenible que, aparentemente, no ha leído, aunque califica de "apuesta discutible, pues al dejar de lado las cuestiones redistributivas desdibuja el perfil socialdemócrata del Gobierno". Me gustaría saber dónde encuentra Sánchez-Cuenca algún "perfil liberal" o "democristiano" en la Ley de Economía Sostenible. El Gobierno ha vaciado todos los cajones de los Ministerios y ha metido en un único texto todos los proyectos que estaban en preparación. Tuvieran que ver o no con la situación económica. La redistribución de la renta se hace, en todos los países civilizados a través de los impuestos y la Seguridad Social.
Termina Sánchez-Cuenca diciendo que hay que crecer pero que "muchos agradecerían que se tomaran también medidas para reducir los privilegios, desigualdades y abusos que han dado lugar a la situación actual". Los privilegios están en los grupos de interés que dominan la política española. Comenzando por los políticos regionales, siguiendo por los sindicatos (todos los acuerdos incluyen incrementos del dinero que controlan los sindicatos ¡dejar en sus manos y la de las asociaciones empresariales la formación de los trabajadores! ¿pero qué saben los sindicatos y las asociaciones empresariales de educación y formación profesional? Pero así, firman) y terminando en muy diferentes pequeños sectores a los que mantenemos en un nivel de vida superior al de la media de los españoles (desde los controladores aéreos hasta los registros de la propiedad pasando por los procuradores, los liberados sindicales, los mineros y montones de organismos públicos – consejos económicos y sociales, consejos audiovisuales autonómicos, televisiones públicas, AENA, direcciones generales de comercio interior, consejos de la juventud, consejos consultivos de todas clases, diputaciones provinciales, ministerio de la vivienda... de los que podríamos prescindir sin daño para el bien común).
Y mientras tanto, no se habla de lo que se debería hablar. De las reformas necesarias para hacer nuestro sistema económico más productivo y justo (que gane más el que más trabaje y el que más innove y que se sostenga al que no puede valerse por sí mismo o ha tenido muy mala suerte): una reforma laboral en la línea de la propuesta de los "100 mejores economistas de este país"; una reforma fiscal que haga que cada Gobierno que gasta "aguante su vela" (me refiero a los gobiernos autonómicos); una liberalización de las actividades económicas de verdad, eliminando todos los nichos de privilegios existentes; prolongación de la edad de jubilación; reforma de las prestaciones por desempleo (y de las cotizaciones para desempleo); introducción de competencia y autonomía en la prestación de los servicios públicos (educación y sanidad); reducción del empleo público… Pero los debates se centran en el doblaje de las películas al catalán (¡qué desfachatez la de Montilla!: si no le aprueban esa intrusiva regulación en la libertad de cada cual, le están haciendo "renunciar al catalán") y en dónde se van a guardar los residuos nucleares o dónde está enterrado García Lorca. Es lo que tiene la ignorancia de los creadores de opinión en España sobre todas las cuestiones económicas.

4 comentarios:

Fernando Gómez Pomar dijo...

Como siempre, Jesús Alfaro se alza como agudo crítico y azote de la tontería puesta en letras de molde. Efectivamente, muchos analistas en España, en la prensa como en la academia, no es que no sepan nada de economía, es que desprecian mirar a la realidad con un mínimo de interés por la verdad y un átomo de curiosidad por esclarecer las causas de lo que ocurre. El resultado es que, con razón, nadie hace caso, y así probablemente somos el país mínimamente desarrollado en que los "intelectuales" y los académicos tienen menor incidencia en la política pública. Quien la hace, de verdad, son los funcionarios de los ministerios y consejerías de turno, bienintencionados en el mejor de los casos, pero casi siempre poco conocedores de los instrumentos de diseño y evaluación de políticas públicas.
En cuanto al recetario, amén al cuadrado. Pero una nota de pesimismo: somos el país de las camarillas, los consejillos y los prebendados al menos desde los Austrias, y eso no se cambia con facilidad. Hay demasiados insiders, y no solo en el sector público.

Juan Pablo L. Torrillas dijo...

Don Jesús, encantado de saludarle.

Estoy totalmente de acuerdo con su artículo, me parece brillante y repleto de verdades como puños. No tenemos una clase política a la altura de las circustancias y los que tienen tareas de gobierno se dedican a banalidades...en fín.

Por cierto, ¿dónde puedo hacerme con la propuesta de los 100 mejores economistas de España?

Un cordial saludo y muchas gracias por adelantado,
Juan Pablo

JESÚS ALFARO AGUILA-REAL dijo...

Gracias, este es el link
http://www.crisis09.es/propuesta/

Juan Pablo L. Torrillas dijo...

Muchas gracias D. Jesús, muy acertado el texto. Le daré la correspondiente publicidad en mi blog e intentaré publicar un artículo al respecto en la prensa.

Un cordial saludo,
Juan Pablo

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